La ruta hasta Pic Negre (Andorra) es un reto de obligado cumplimiento para todo amante de la naturaleza y el offroad que pase por el Pirineo.
El característico color negro de la montaña, las impresionantes vistas y el hecho de ser uno de los pocos picos del sur de Europa a los que se puede acceder en 4×4 o moto por pista, convirtieron al Pic Negre (2.642m de altura) en un lugar muy popular entre los excursionistas de los 70.
A principios de los 80, un empresario andorrano con visión empresarial remolcó una VolksWagen T1 en desuso hasta Camp Claror (2.600m), una zona cercana a la cima del Pic Negre, para almacenar víveres para sus clientes. Eventualmente también era utilizada como refugio para resguardarse de las inclemencias del tiempo, ya que las condiciones meteorológicas de la zona pueden cambiar muy rápidamente.
Con el paso del tiempo este refugio improvisado se fue convirtiendo en un referente del lugar y todo el que sube al Pic Negre tiene como parada casi obligatoria la icónica T1.
A finales de junio un grupo de personas con bastante poco entusiasmo por la historia de este lugar, desmontó la furgoneta dejando diversas piezas dispersas por la zona. No es la primera vez que es objetivo de actos vandálicos en los últimos años, aunque lo exagerado de éste ha hecho que tenga más repercusión.
A pesar de la triste noticia, menos de una semana estuvo la T1 desmantelada, varios grupos de moteros de Andorra y Barcelona que se encontraron en el pico, se unieron en una acción prácticamente improvisada para recomponer este icono.
Aunque oxidada y maltrecha (por el paso del tiempo y por algunos amantes de la destrucción), la T1 vuelve a su lugar para ofrecer ese curioso contraste con el paisaje natural que lo rodea.